Quieren ediles de territorio no de escritorio
La iniciativa presentada por la diputada Úrsula Salazar en el Congreso del Estado apunta a una verdad incómoda, pero necesaria: muchos regidores y síndicos se han acostumbrado a ejercer el cargo desde la comodidad de una oficina, alejados del pulso real de la ciudadanía.
Su propuesta busca establecer como obligación que estos representantes realicen recorridos constantes por sus municipios, al igual que lo hacen —o deberían hacer— los presidentes municipales. Y es que, en teoría, regidores y síndicos son la voz del pueblo dentro del cabildo. En la práctica, muchos solo aparecen para levantar la mano en sesiones plenarias.
El fondo de la iniciativa es claro: sin cercanía, no hay representación legítima. La diputada Salazar lo expuso con claridad al señalar que la participación ciudadana no puede quedarse en el discurso, sino que debe reflejarse en acciones concretas que vinculen a los ciudadanos con sus gobiernos, en la toma de decisiones, en la ejecución de obras, y sobre todo, en la solución de los problemas que enfrentan todos los días.
El planteamiento no solo es pertinente, sino urgente. En un contexto donde la desconfianza hacia las instituciones es creciente, hacer que los regidores y síndicos salgan a las calles, escuchen y atiendan a la población, puede ser el primer paso hacia una cultura de mayor responsabilidad pública.
La política no debe ejercerse desde el escritorio. La legitimidad se construye en el territorio, con diálogo y con hechos. Si esta iniciativa avanza, no solo se fortalece la democracia local, también se envía un mensaje claro: quien aspire a representar, debe primero aprender a escuchar.