A pesar de que aún no debemos cantar victoria, todo parece indicar que el presidente Donald Trump podría dar marcha atrás en sus planes de imponer nuevos aranceles.
No parece que esta decisión obedezca a una voluntad propia del mandatario, sino a las presiones que ya comienzan a sentirse en el mercado estadounidense, preocupado por el colapso económico que podría traer consigo esa medida.
Es especialmente relevante en el contexto de México, al que Trump llama “su amigo” y principal socio comercial.
Este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum y el magnate estadounidense sostendrán una conversación clave, luego de una serie de negociaciones a nivel alto que podrían resultar en una solución favorable.
En el mejor de los casos, esta podría traducirse en la atenuación o eliminación de los impuestos adicionales que actualmente se aplican a las mercancías que ambos países importan y exportan entre sí.
Sin embargo, en caso de que no se logre un acuerdo, Sheinbaum se ha comprometido a anunciar este domingo, desde el Zócalo, las medidas que México tomará en respuesta a las acciones de Estados Unidos.
La presidenta, acompañada por la solidaridad de los mexicanos que no toleran tratos inequitativos, subrayará que, ante todo, México debe ser respetado.