Las enérgicas declaraciones emitidas ayer desde el corazón de Tamaulipas por el secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, marcan un punto de inflexión en la lucha contra la impunidad y refuerzan el compromiso del gobierno humanista del gobernador Américo Villarreal Anaya con la justicia y la transparencia. Con firmeza, Villegas González dejó en claro que la política de cero tolerancia a los abusos y atropellos no es solo un discurso, sino una línea de acción inquebrantable.
Con esa acción, el gobierno de Américo Villarreal, dio una lección de humanismo y de justicia, al ponerse del lado de una madre que perdió a su hijo por una acción ilícita de ocho malos policías. Se sienta un precedente. Esta es la gran diferencia con el pasado que los necios no quieren ver.
Queda claro la advertencia: “No vamos a solapar a nadie, no toleraremos abusos, faltas ni atropellos por parte de los elementos de las fuerzas de seguridad ni de ningún servidor público del estado”, que contrastan, con un amargo pasado, donde los ciudadanos sufrieron abusos del poder en un estado triste de indefensión.
Este mensaje debe ser un recordatorio constante para todos los funcionarios públicos, especialmente para aquellos que, amparados en una falsa sensación de impunidad, actúan con desprecio hacia la ciudadanía. No es tolerable que quienes deberían servir al pueblo se conviertan en sus verdugos, gastando sin control los recursos públicos o utilizando el poder para oprimir en lugar de proteger.
Es imperativo que estas palabras se traduzcan en acciones concretas y que cada oficina, cada servidor público, las lleve como un estandarte de su labor. La impunidad no puede tener cabida en un estado que aspira a ser justo y equitativo.
Hoy más que nunca, Tamaulipas necesita que este mensaje se convierta en realidad. Que sea el inicio de una nueva era en la que el respeto a la ley, la transparencia y el servicio al pueblo sean los pilares de toda acción gubernamental. El camino no será fácil, pero es el único que garantiza un futuro digno para todos.