A través de la reciente edición de la “Mañanera del Pueblo”, se dio a conocer una noticia que marca un parteaguas en la historia económica de Tamaulipas: el puerto de Altamira ha sido incorporado como uno de los 15 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, contemplados en el Plan México, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Este anuncio no es una casualidad ni un gesto simbólico. Es el resultado tangible de una nueva forma de hacer gobierno. Una forma que, con visión humanista y compromiso social, ha promovido el gobernador Américo Villarreal Anaya, quien ha sabido coordinar esfuerzos con la federación para devolverle a Tamaulipas un lugar digno en el concierto nacional.
A diferencia de gobiernos anteriores que arrastraron a la entidad por caminos de descrédito, corrupción y abandono, la actual administración trabaja para sembrar desarrollo con justicia, enraizado en las verdaderas necesidades del pueblo.
Los Polos de Desarrollo no son simples zonas industriales; son espacios estratégicos donde convergerán infraestructura, servicios y estímulos fiscales que tienen como fin último el bienestar social, no sólo el crecimiento económico. En el caso del sur de Tamaulipas —Altamira, Tampico y Madero— esta iniciativa representa una enorme oportunidad para detonar su enorme potencial productivo, generar empleos dignos y mejorar la calidad de vida de miles de familias.
De acuerdo con el convenio firmado entre la presidenta Sheinbaum y el gobernador Villarreal, será en el mes de agosto cuando inicien los procesos de adjudicación y la instalación de empresas en estos polos. Es, sin duda, una noticia que genera esperanza, y que sí merece ser replicada y celebrada.
Altamira será, junto con sus municipios hermanos, uno de los motores de la transformación del sureste del país. Que nadie lo dude: cuando hay voluntad, visión y trabajo conjunto, los resultados llegan
