En tiempos en que la política suele confundirse con discursos vacíos y promesas que se esfuman con el polvo del camino, gestos concretos como los de la alcaldesa Patty Chío en Nueva Apolonia son más que bienvenidos: son necesarios. Acostumbrados a ver desfilar políticos en la zona temporalera, los campesinos y ganaderos de esta región rara vez reciben algo más que palabras. Por eso, no es menor el asombro que causó su visita a las instalaciones de la Asociación Ganadera “Lázaro Cárdenas”.
Pero no llegó con las manos vacías. Llegó con soluciones. En una acción que los propios beneficiarios califican como caída del cielo, la alcaldesa entregó insumos vitales para la supervivencia del ganado: 40 litros de melaza, 10 pacas de forraje, un saco de sales minerales y otro de sal en grano. Todo subsidiado al 100%, todo destinado a 258 productores de 25 ejidos golpeados por la sequía. Es una cifra, sí, pero también es un mensaje claro: el campo no está solo.
No son casuales los elogios del dirigente ganadero Arcadio Nava Rodríguez, quien no solo celebró el apoyo, sino también la convocatoria. Que productores de tantos ejidos acudan a una sola voz habla del respeto ganado en el terreno, no en el discurso.
Patty Chío está dejando claro que no es una presidenta de escritorio, sino una mujer de territorio. Y eso marca la diferencia. Porque hoy, más que nunca, el campo exige más hechos y menos promesas, más presencia y menos excusas. Si de verdad estamos en tiempos de transformación, este tipo de acciones deberían ser la norma, no la excepción.
Ojalá otros tomen nota.