POR ALICIA CABALLERO GALINDO
Cabalgando en el tiempo
Cambiar al mundo dijo El Quijote
mientras peleaba
con molinos de viento
con una adarga de piel añeja
y aquella endeble lanza de anhelos.
A voz en cuello gritaba altivo
no es locura ni utopía
cambiar al mundo mi amigo Sancho
es en verdad un acto de justicia.
Quien lo escuchó reía a carcajadas
y el pobre Sancho, tan sólo lo miraba
con ojos inocentes, vacíos
dejando entrever su escaso cacumen.
Asimilar no alcanzaba
los sueños de un loco
buscando justicia.
Tiempo ha pasado
desde aquel entonces
y el Quijote se ha gastado
en polvorientas veredas.
¡Dónde te encuentro noble caballero!
¡Dónde tu huella dejó Rocinante!
Busco y no veo tu noble figura
cabalgando altiva por esos caminos
en donde se pierden todos los sueños.
Sólo alcanzo a descubrir
tantos Sanchos Panza
cabalgando en lentos pollinos
buscando acuciosos
una pobre cuadra
donde apacentar su pueril existencia.
¡Cabalga de nuevo noble caballero!
Desempolva tu escudo,
tu vieja armadura
y empuñando firme
la mano en tu lanza
renueva tus fuerzas y eternos anhelos.
Enseña de nuevo
a tantos Sanchos Panza
cómo combatir
con los grandes colosos
a amar como amaste a Dulcinea
y a perseguir sin descanso sus sueños.
Persiguiendo sueños
Cuando duermo no sueño
aunque quisiera
y en medio de mi vigilia, sueño.
Mientras sueño visualizo horizontes
y con la aurora
camino a su encuentro.
Si dormir es soñar o soñar es dormir
sí dormir es morir lento.
¡No sé!
Persigo cuando sueño
la sombra de la estrella
y en mi sideral empeño me sorprendo
veo de lejos, desde el vacío
mi cuerpo y a veces
hasta mi pensamiento.
Si dormir es morir un poco cada día
yo persigo sin cesar mis sueños.
Al final de cuentas
quiero dormir, no morir
quiero soñar dormido o despierto.
Temporalidad
La vida fluye
los minutos se suceden
en eterna procesión
nunca se detienen, se escurren
como arena entre las manos.
La absurda temporalidad del ser
¡me abruma!
Yo me aferro a mis auroras
y navego en mis ocasos
me bebo las horas,
son el elixir más exquisito.
Me hundo en el misterio de las noches
buscando en la maraña
de mis pensamientos
respuestas a esas preguntas
que no se confiesan
mientras las estrellas, eternas y lejanas
se burlan de mi inerme brevedad.
Yo las miro imperturbables
y a veces sueño
dormido o despierto al amanecer.
La luz del sol
parece borrarlas del cielo y yo, comprendo
la trascendencia de mi temporalidad.
Entonces navego sin descanso
en ese océano infinito del tiempo
persiguiendo mis sueños.
Entre el ocaso y la aurora
Al borde de un abismo ignoto
vagan mis pensamientos
y se debaten
en una pertinaz disyuntiva
que sacude la conciencia y el alma,
el querer ser y el deber ser.
Entre el ocaso y la aurora
bullen mis sueños
que me asaltan dormida y despierta
como lobos acorralados
en busca de una salida…
Se agitan y se estremecen
royendo su propia entraña…
Entre la aurora y el ocaso, un instante
los lobos hambrientos,
se diluyen al alba y se agazapan
en espera de la noche
para emprender su eterna búsqueda
de los sueños que vagan
entre el ocaso y la aurora
Noche mágica
La noche…
cómplice de mis desvelos
El silencio…
confidente de mis secretos
La luna…
acariciando mis recuerdos
Tus ojos…
sonriéndome desde donde estés
Mis labios…
buscando con avidez los tuyos
Y mi cuerpo…
reclamando a la distancia tu calor
Mis sueños…
esperando pacientemente tu retorno
El tiempo…
pierde sentido sin esperanzas
y el amor…
marcando el rumbo de la vida.