POR ALICIA CABALLERO GALINDO
Aún soy niño
Aún soy niño
Porque puedo soñar dormido y despierto
y en las nubes descubro dragones alados.
Porque puedo volar sin alas
y posarme en la cumbre de mis fantasías,
porque acaricio en mis noches las estrellas
y me columpio en la sonrisa de la luna.
Soy niño porque cuando rezo
secretamente sigo buscando
tu mano sobre mi pecho, mamá
¡Aún soy niño!
Porque cuando me balanceo
en tu viejo sillón
el crujir de las sopandas
me recuerda tus tibios brazos
cuando me acunabas con una canción
que inventabas cada día para mí.
¡Aún sigo siendo niño!
Porque pretendo entender
el canto de las aves
Y puedo viajar en los multicolores rizos
del papalote que se agita en el viento
pendiendo del frágil hilo de los años.
Sin ti…
El mundo es gris
hoy que vivo sin ti
mucho te extraño.
Los días pasan
son páginas en blanco
sin tus caricias.
Escucho al viento
que me trae tu voz
en la penumbra.
Y en el silencio
mi cuerpo te reclama
en mí te siento.
Y con la aurora
espero tu llegada
o la imagino…
¡Atrapados!
¡Mira!, el cielo
hay más aves que nunca,
escúchalos cantar
¡abre las ventanas!
Los árboles
se mecen con el viento
el cielo, extrañamente limpio
y nosotros,
atrapados por el miedo
Es una culpa implícita.
Desde mi cubil,
se ven los peces
que han vuelto a los ríos
saltan sin cesar…
no hay pescadores
las redes están colgadas
en las garras del miedo
por la breve playa.
Y en la pradera
retornaron los rebaños a pastar
no hay rifles ni cazadores.
Están atrapados en sus redes.
Las serpientes reptan
en busca de alimento
ondulantes, dueñas de su espacio.
El aire, es más transparente
y el cielo, más azul
¡Qué maravilla!
Y nosotros, encerrados
amenazados y temerosos…
Las costas, antes pululantes
están vacías
y los deshechos, se esfumaron
como por encanto.
¡Hay delfines en los canales de Venecia
Y anidan más cenzontles
en los campos
¡Es primavera!
Y nosotros, enclaustrados
temerosos…
los altos balcones de las urbes,
¡Qué ironía! Son jaulas
que atrapan personas ávidas de luz
y permanecen cautivas
algunas cantan.
Las aves, libremente
se posan es esos balcones
presumiendo su libertad
burlándose del ser humano cautivo.
En sus montañas,
el cóndor y el águila real
surcan soberanos las alturas
y el halcón, caza para alimentar a la prole
y nosotros, cautivos y temerosos
mirando desde el claustro
que el mundo es mejor sin nuestra
presencia.
¿Cuál es el mayor peligro
para este planeta nuestro?
¡Atrapados! Reflexionando tal vez…
¿Servirá de aprendizaje?
O triunfará la soberbia…*
*Tercer lugar nacional en un concurso convocado por la Asociación Nacional de Periodistas, en el certamen Primera Feria de la Escritura y la Palabra, Club Primera Plana, con motivo de la pandemia.