ENTRE EL OCASO Y LA AURORA (8)

Fecha:

POR ALICIA CABALLERO GALINDO

 

    Aún soy niño

Aún soy niño

Porque puedo soñar dormido y despierto

y en las nubes descubro dragones alados.

Porque puedo volar sin alas

y posarme en la cumbre de mis fantasías,

porque acaricio en mis noches las estrellas

y me columpio en la sonrisa de la luna.

Soy niño porque cuando rezo

secretamente sigo buscando

tu mano sobre mi pecho, mamá

¡Aún soy niño!

Porque cuando me balanceo

en tu viejo sillón

el crujir de las sopandas

me recuerda tus tibios brazos

cuando me acunabas con una canción

que inventabas cada día para mí.

¡Aún sigo siendo niño!

Porque pretendo entender

el canto de las aves

Y puedo viajar en los multicolores rizos

del papalote que se agita en el viento

pendiendo del frágil hilo de los años.

 

    Sin ti…

El mundo es gris

hoy que vivo sin ti

mucho te extraño.

Los días pasan

son páginas en blanco

sin tus caricias.

Escucho al viento

que me trae tu voz

en la penumbra.

Y en el silencio

mi cuerpo te reclama

en mí te siento.

Y con la aurora

espero tu llegada

o la imagino…

 

    ¡Atrapados!

¡Mira!, el cielo

hay más aves que nunca,

escúchalos cantar

¡abre las ventanas!

Los árboles

se mecen con el viento

el cielo, extrañamente limpio

y nosotros,

atrapados por el miedo

Es una culpa implícita.

Desde mi cubil,

se ven los peces

que han vuelto a los ríos

saltan sin cesar…

no hay pescadores

las redes están colgadas

en las garras del miedo

por la breve playa.

Y en la pradera

retornaron los rebaños a pastar

no hay rifles ni cazadores.

Están atrapados en sus redes.

Las serpientes reptan

en busca de alimento

ondulantes, dueñas de su espacio.

El aire, es más transparente

y el cielo, más azul

¡Qué maravilla!

Y nosotros, encerrados

amenazados y temerosos…

Las costas, antes pululantes

están vacías

y los deshechos, se esfumaron

como por encanto.

¡Hay delfines en los canales de Venecia

Y anidan más cenzontles

en los campos

¡Es primavera!

Y nosotros, enclaustrados

temerosos…

los altos balcones de las urbes,

¡Qué ironía! Son jaulas

que atrapan personas ávidas de luz

y permanecen cautivas

algunas cantan.

Las aves, libremente

se posan es esos balcones

presumiendo su libertad

burlándose del ser humano cautivo.

En sus montañas,

el cóndor y el águila real

surcan soberanos las alturas

y el halcón, caza para alimentar a la prole

y nosotros, cautivos y temerosos

mirando desde el claustro

que el mundo es mejor sin nuestra

presencia.

¿Cuál es el mayor peligro

para este planeta nuestro?

¡Atrapados! Reflexionando tal vez…

¿Servirá de aprendizaje?

O triunfará la soberbia…*

*Tercer lugar nacional en un concurso convocado por la Asociación Nacional de Periodistas, en el certamen Primera Feria de la Escritura y la Palabra, Club Primera Plana, con motivo de la pandemia.

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