Tres personas con discapacidad le piden ayudar al gobernador para mejorar su movilidad
El pasado sábado, el parque Irrigación “Emilio Sosa” en El Mante se convirtió en un espacio de esperanza para muchas personas que, a pesar de las dificultades, se desplazaron con un solo propósito: asistir a la mega Posada Navideña y hacer escuchar sus peticiones.
Desde tempranas horas, los asistentes hicieron todo lo posible para llegar a tiempo, algunos abordaron transporte público, caminaron largas distancias otros lo hicieron como limitaciones. Entre ellos, destacaron historias de resiliencia y esperanza de José, Horacio y Yessica, que llegaron impulsados por su fuerza de voluntad y, en algunos casos, por la ayuda de dispositivos adaptados, como muletas, triciclos y sillas de ruedas con un solo propósito: saludar al gobernador Américo Villarreal y a su esposa, la Dra. María Santiago de Villarreal, para pedirles su ayuda.
José Amparo Cruz Alfaro, quien se mueve con dificultad debido a unas muletas improvisadas, realizó un viaje especial desde el ejido La Chaca, en la zona cañera de El Mante. Un alma caritativa lo llevó hasta el evento, donde, con la ayuda del personal del DIF, logró ingresar. Su solicitud es simple: un triciclo adaptado que le permita moverse con mayor autonomía y, con ello, buscar una fuente de ingresos que le ayude a superar las limitaciones físicas que enfrenta día a día.
El caso de Horacio Esquivel Rodríguez, un residente de la ciudad, es diferente. Gracias a un triciclo impulsado por sus brazos, tiene algo de movilidad. Sin embargo, su deseo es contar con una silla de ruedas de uso diario, algo que le permita moverse con mayor facilidad en su vida cotidiana. Confiado en el apoyo del sistema DIF, Horacio espera poder contar con esa ayuda para mejorar su calidad de vida.
Yessica Reyna Gallegos, por su parte, también anhela una silla de ruedas más ligera, que le permita desenvolverse con mayor libertad, especialmente para realizar su trabajo. Su necesidad, aunque personal, refleja las luchas de muchas personas que, en silencio, se enfrentan a la inmovilidad, pero que, con esperanza y fe en la ayuda pública, buscan superar sus limitaciones.
Estos tres testimonios son solo una muestra de las muchas personas que, postradas en cama o limitadas por alguna condición, buscan oportunidades para salir adelante. Sin embargo, hay muchas más que permanecen invisibles, atrapadas en sus casas, sin acceso a la ayuda que tanto necesitan.
Nos regocija que El Mante haya sido la sede de esta gran mega posada, un evento que no solo celebró la Navidad, sino que también reflejó el compromiso de un gobierno humanista, que no es ajeno a las necesidades y dificultades de las familias, especialmente aquellas que viven en el olvido, que luchan cada día por sobrevivir, pero que aún sueñan con un mundo mejor, uno donde haya paz y el sufrimiento solo sea un mal recuerdo.
Estas historias, resaltan la importancia de la solidaridad y el apoyo comunitario, mostrando que juntos podemos hacer una diferencia significativa en la vida de quienes más lo necesitan.