lunes, febrero 17, 2025

LOCURAS CUERDAS

Joseph Fouché en Tamaulipas. 

 Por Jorge Chavez

Con la salida de Adriana Lozano de la primera línea del gabinete estatal tamaulipeco es imposible aceptar la idea de “los motivos personales” y más bien se esperaría la salida de otro miembro de ese nivel el cual se espera a más tardar para marzo de este año, aunque con el ruido mediático al que se prestan algunos se pretende hacer creer que los ajustes terminan con la salida de la matamorense, cuestión solo de ver cómo se están moviendo las piezas. 

La novela política que es una lectura obligada por los miembros de este clan, periodistas y quienes estén interesados en la conducta humana es “Un asunto tenebroso” corresponde a las escenas de la vida política, en la que con bisturí antropológico Balzac analiza el sentimiento de la intriga oscura, propia de este medio, llegando a los extremos más intensamente apasionadores.

Describe con magistral estilo a uno de los políticos más emblemáticos de esta clase: Joseph Fouché, uno de los hombres más poderosos de su época y uno de los más extraordinarios de todos los tiempos. Sin embargo, como dice Stefan Zweig, “ni gozó de simpatías entre sus contemporáneos ni se le ha hecho justicia en la posteridad”. Solo el escritor francés Balzac acertó a ver esta figura única en su propia grandeza en medio de su carácter o quizá deba decir falta de este. 

Conocer y entender la vida de Fouché es el equivalente a tomar un doctorado para conocer la política actual en todos los niveles. Mezclase los intereses, retuércese la acción en manos de un astuto y tremendo personaje de la política, que hace y deshace y oculta como quiere. Estimado lector, de Honorato de Balzac, el novelista, y de Stefan Zweig, el historiador, aprendemos que en la política se conoce a sus protagonistas tanto por los actos que realizan, por el ambiente en que viven y por las cosas que les rodean. 

Con un poco de memoria podemos afirmar que a lo largo de la Historia política de Tamaulipas hemos visto la profundidad de las intrigas políticas con que los náufragos de un proyecto político se salvaron del priismo y pudieron unos arribar incluso a las playas cálidas de la 4T. Pero dichas intrigas políticas no retroceden ni ante el despido ni ante la calumnia, siguen siempre vivas, se llama naturaleza humana y hay que asimilarla en frio. 

Por esa razón traigo a colación la figura de Joseph Fouché pues su biografía nos trae de rebote a la mente a muchos de los protagonistas de la política actual ya que por lo demás, la Historia arrinconó silenciosamente en la última fila de las comparsas sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba el mundo, dirigió todos los partidos, fue el único en sobrevivirles, además de que en la lucha psicológica venció a figuras del calado de Napoleón y Robespierre. Eso de cambiarse de partido no es nada nuevo. 

El novelista por su lado y el historiador por el suyo, descubrieron con certero instinto en Fouché el carácter más interesante de su siglo para beneficio de quienes amamos el estudio de la conducta humana. 

Un hombre habituado a considerar todas las pasiones, las llamadas heroicas lo mismo que las calificadas de inferiores, elementos completamente equivalentes en su química de los sentimientos, acostumbrado a mirar igualmente a un Christian de Jesús golpeador de Melanie, que a un genio moral como cualquier ganador de la Medalla al Mérito “Luis García de Arellano” del congreso de Tamaulipas, buscando más que la diferencia entre lo moral e inmoral, el valor de la voluntad y la intensidad de la pasión. 

Conforme se acerque el tiempo de los destapes para el relevo estatal, aparentemente muy precipitado hoy en día, la esencia de las ambiciones tipo Fouché se manifestará con mayor crudeza entre los protagonistas. Por lo pronto una de las aspirantes ya fue eliminada, pero se espera con el tiempo un efecto domino, y la mano que mueve la cuna esta en la ciudad de México. 

Sesudo lector, es importante ubicar que, en este momento de la Historia, el pueblo, único proveedor de votos, verdaderamente cree que entre el cielo y la 4T existe una alianza, a la cual debe ésta uno de sus mayores prestigios. ¿Cuándo se nublará esta buena estrella? No lo sabemos con certeza, hay quienes la prolongan en el tiempo con una elección más en Tamaulipas, de ahí que la fiereza será al interior y no en la oposición. 

Por cierto, finalmente Roberto Lee tomó posesión formal como dirigente estatal del partido Movimiento Ciudadano, las reacciones no se hicieron esperar tanto de sus seguidores como de sus mal querientes, aliados de sus enemigos políticos dentro y fuera de su instituto político. Creo que él lo veía venir y lo asume como causa efecto de meterse en estos andares. Al que no le guste el calor que no se meta a la cocina.

El tiempo hablará.

 

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