Por Pepe Izaguirre
¡¡LA ARROGANCIA!!
(Defecto de gente trastornada)
“Dios detesta a los arrogantes. Lo dicen el antiguo y el nuevo testamento, el Corán y también las enseñanzas de Buda”: ROMAN REVUELTAS RETES
Hay en el mundo miles, mejor digamos millones, de gentes enfermos de arrogancia y además dominan esta época tan extraña. Una de las características de las personas con este trastorno, es que ignoran su padecimiento hasta que es demasiado tarde.
En los centros dedicados a la atención psiquiátrica detectaron un conjunto peculiar de síntomas que se conoce como el Síndrome de Jerusalén. Es un trastorno que adquieren ciertas personas que de súbito se convierten (según ellos) en profetas.
Así, vemos un zoológico de políticos (presidentes, gobernadores, etc.), generales, intelectuales, deportistas, actores músicos, ministros, influencers que invaden y se adueñan de los espacios públicos, que no son de ellos exclusivamente; son de todos. No es difícil detectarlos. La arrogancia se muestra con soberbia, con engreimiento, con petulancia; se es vanidoso y pretencioso por convicción. Los sentimientos de superioridad del arrogante son inaguantables. Estos individuos e individuas (lenguaje inclusivo) se alimentan de alabanzas de sus incondicionales (en el caso de los gobernantes plantados en sus templetes, proclaman que solo su opinión cuenta y nadie se atreve a desmentirle, o sea, los tiene sometidos; sin el temor al arrogante, no habría arrogantes, pero son temidos).
Las alabanzas son un sabroso plato que alimenta al arrogante. Como que vemos muchos de estos en el mundo; ¿No? La arrogancia no solo es contraria de la humildad, también lo es de la prudencia. Estos engendros de nuestra época transpiran imprudencias en cada poro.
Tengamos cuidado y no alimentemos especímenes de este tipo. Bueno, yo solo digo. No sea que nos toque la mala suerte en México a no ser que ya nos haya tocado ¿No o sí?
Un abrazo para mis amigos en FACE, ECO Y 12 HORAS
