POR MIGUEL ÁNGEL VILLALOBOS GÓMEZ
FUEGOS
Se dicen tantas cosas,
y yo no digo nada,
no soy capaz de orlar
las palabras que esparcen,
son exiguas mis letras
y es mi voz tan cobarde.
La vida se derrumba, anónima,
en las pantallas mediáticas
de este mundo aturdido,
las voces (Que algo podrían decir),
permanecen silenciosas.
Llueven fuegos de artificio,
es (Otra vez), el comienzo de la fiesta,
el gran negocio del poder
que mueve al mundo.
Dios guarde a Israel,
ésta es su tierra,
la tierra dolorosa
del dios de los sitios sagrados,
tierra de ángeles asesinos,
vengadores,
del alto honor de ser
ellos
los dueños de la verdad
y del dinero.
Nada puedo decir,
éstos, los versos que intento
y que no llegan a ser,
no mueven una hoja,
no mueven conciencias,
no mueven al mundo,
solo mueven un pecho desolado,
iluminado,
por los fuegos artificiales
de la fiesta
del poder.
De dicen tantas cosas
y el mundo dice nada,
se erigen en mentiras
las palabras que esparcen,
es exigua la vida
y el mundo es un cobarde.
¿CÓMO OLVIDARTE?
¿Cómo olvidarte?
He bendecido
la miel que nacía
en tus labios
para alimentar mi hastío
en los días más solitarios.
¿Cómo olvidarte?
Me ha bendecido
el mar con él y contigo,
cuando me abrazas
tu brisa
me susurra en el oído.
¿Cómo? Si tu piel se oculta
en los días que sigo vivo
¿Cómo? Si tu voz me arrulla
en cada verso y suspiro,
en los pájaros, la lluvia,
en todo ¿Cómo te olvido?
MI TIERRA
En esta tierra
vine a buscar el amor
y hallé un poema.