La Suprema Corte mandó a realizar una serie para concientizar sobre la violencia de género a través de la historia de un feminicida.
La serie es pésima y desde nuestro punto de vista crea todo lo contrario a lo que pretende.
Se optó – por cuestiones de rating- por retratar la historia de un feminicida serial, lo que genera la idea en el colectivo que quien mata a una mujer, es alguien necesariamente con problemas mentales; un mensaje mucho más fuerte hubiera sido el retratar todos los tipos de violencia de género normalizados en México y que en su más grave expresión se llaman feminicidios.
Ejemplos sobran.
Ahí está Jesús Hernández Alcocer, quien mató a su esposa la semana pasada; quienes lo conocían lo retrataban como un hombre «caballeroso», «atento», «educado».
O Juan Carlos García, exitoso ejecutivo y ex director de Amazon México, quien ordenó el asesinato de su esposa hace unos años. Sigue prófugo de la justicia.
A muchos les incomoda lo siguiente, pero aquí los sostenemos parafraseando al Mtro. Villalpando :
Asumir que el feminicida X es un “monstruo”, equivale a afirmar que está seriamente trastornado, como si se tratara de un caso aislado y no como lo que en realidad es: la expresión extrema de una epidemia que recorre México de punta a punta y en la que los perpetradores están absolutamente conscientes de sus actos… Lo que tenemos enfrente, y lo que más debería afrentarnos, es que el feminicidio no es un acto “de locos”, sino de hombres comunes y corrientes.
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