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Como si se tratara del despertar de un viejo gigante que durante décadas ha dormido al abrigo de la indiferencia, esta semana, en un hecho inédito para la historia reciente del municipio, la alcaldesa Mónica Villarreal puso en marcha el ambicioso Plan de Mitigación de Riesgos Estructurales “Edificio Seguro”, un programa que, de cumplirse cabalmente, podría marcar el inicio de una nueva era para el patrimonio histórico de Tampico… y catapultar a la actual administración municipal al estatus de leyenda.

A través de la firma de un convenio de colaboración con los colegios de ingenieros civiles y arquitectos, asociaciones civiles y universidades locales como la Universidad Autónoma de Tamaulipas la presidenta municipal dejó claro que su prioridad es la seguridad de las y los tampiqueños, pero también el renacimiento de esos mudos testigos de piedra y cantera que alguna vez vieron florecer al Puerto Jaibo como potencia comercial del Golfo.

Desde la Sala de Cabildo, donde se realizó la firma, el Secretario del Ayuntamiento, Carlos Alberto García Porres, explicó que este acuerdo tiene por objetivo realizar diagnósticos técnicos especializados para evaluar con precisión el estado estructural de inmuebles públicos y privados, establecer el nivel de riesgo y ejecutar acciones concretas de mitigación. Es decir, lo que durante años se había postergado, hoy se convierte en política pública con visión, con compromiso y, sobre todo, con memoria histórica.

La alcaldesa no dejó lugar a dudas: “Contamos con el respaldo del Colegio de Ingenieros Civiles, el Colegio de Arquitectos, la Facultad de Arquitectura e Ingeniería de la UAT y de muchos expertos que conocen nuestra ciudad y saben cómo cuidarla. Como municipio ofrecemos el acompañamiento legal para ayudar a quienes tienen predios en litigio o abandonados y poner en marcha soluciones”.

Más allá de las palabras, la acción: Protección Civil ya clausuró dos inmuebles con alto riesgo de colapso, uno ubicado en la calle Héroes del Cañonero esquina con Isauro Alfaro, y otro en la calle Álvaro Obregón, en el corazón del centro histórico.

El titular de la dependencia, José Antonio Marín Flores, detalló los daños estructurales severos en ambos casos, destacando que, ante la temporada de lluvias, era urgente intervenir.

La intención no es demoler, sino conservar, restaurar y reactivar. En palabras de la alcaldesa, este programa busca evitar tragedias como el colapso del Hotel Progreso y, al mismo tiempo, preservar lo que queda del patrimonio histórico de la ciudad. Porque eso, señoras y señores, no cualquiera lo hace… eso es historia, eso es legado, eso es leyenda.

Durante el acto protocolario, el Ing. Emilio Rafael Benavides Osorio, representante de los Colegios de Ingenieros y Arquitectos, aplaudió la visión de la presidenta municipal y refrendó el respaldo del gremio técnico para emprender esta tarea titánica.

Y si el proyecto “Edificio Seguro” logra rescatar del abandono a los inmuebles que hoy solo son ruinas románticas del pasado, no solo tendremos una ciudad más segura y bella: estaremos escribiendo una nueva página en el libro de nuestra identidad colectiva.

Hoy, solo tenemos el Museo de la Ciudad como emblema vivo de nuestro pasado. Mañana, podríamos tener decenas de edificios restaurados que vuelvan a latir con la vida de oficinas, cafés, librerías, galerías, teatros y espacios para el arte y la cultura. Solo hace falta voluntad, continuidad y memoria.

Y esa, esa sí sería una historia que merecería contarse por generaciones.

Una historia digna de leyenda.

Una historia que, quizás, hoy comenzó a escribirse.