Por Paco Monroy
Estoy de pie sobre una línea imaginaria que rodea al planeta en el punto más al norte en el que el sol alcanza el cénit (la vertical del lugar), es decir, el Sol no puede llegar a verse exactamente sobre tu cabeza más allá de aquí, el Trópico de Cáncer.
Aquí, entre el 20 y el 22 de junio de cada año, durante el llamado solsticio de verano, si hay una columna esta no genera sombra y, si hay un pozo, el Sol puede verse hasta lo más profundo.
Gracias a un sitio exactamente como este, el gran Eratóstenes de Alejandría, pudo calcular la circunferencia de la tierra, midiendo la distancia que había entre su ciudad natal y Syene, que se encontraba al Sur de Alejandría a una distancia de 5000 estadios (unos 800 kilómetros).
En Alejandría, el día del solsticio de verano, las columnas formaban una sombra que, al medirla, calculó que formaba un ángulo de 7.2 grados.
Él dividió los 360º que tiene una circunferencia, entre los 7.2º del ángulo formado por las columnas y su sombra y obtuvo 50, que, al multiplicarlo por la distancia en kilómetros a los que equivalen los cinco mil estadios, nos dan 40,000 km.
Hoy, gracias a los satélites espaciales, sabemos que en realidad la circunferencia de la tierra es de 40,075 kilómetros. ¡Un error del 1.8%!
En fin. Esta es la magia de un sitio como este que tiene nada más un pinche letrerito en la carretera, pero que, si aplicamos un poquito de geometría (de geos, tierra y metros, mediciones, es decir, medición de la tierra), se convierte en un sitio maravilloso lleno de aprendizajes y conocimientos sobre nosotros mismos y nuestro entorno. 😊
- Adjunto un esquemita para mayor comprensión de la grandeza de Eratóstenes, unos doscientos años antes de nuestra Era. 😊
