Alcalde de González brinda primeros auxilios a un accidentado en pleno evento

Lo que comenzó como una jornada de reforestación para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, terminó por convertirse en una historia de humanidad, vocación y cercanía con la comunidad. La mañana de este jueves, en plena plaza principal del Ejido El Progreso, un inesperado accidente puso a prueba no solo la reacción de los presentes, sino también el compromiso del alcalde, el Dr. Miguel Alejandro Zúñiga Rodríguez, quien no dudó en retomar su bata, metafóricamente hablando, para brindar atención médica a un ciudadano herido.

Todo ocurrió alrededor de las 10:30 de la mañana, durante el evento “Raíces de Amor que Transforman”, organizado por el Gobierno Municipal de González en conjunto con el Sistema DIF. El Sr. Alfredo Rico, uno de los invitados especiales, se disponía a ofrecer un mensaje de agradecimiento cuando tropezó y cayó de su propia altura, sufriendo una cortadura en la pierna izquierda.

A pesar del golpe, el Sr. Rico se incorporó por su cuenta y concluyó su intervención con entereza. No fue sino hasta después que notó el sangrado, lo que alertó al Presidente Municipal, quien de inmediato acudió en su auxilio. Formado como médico, el Dr. Zúñiga Rodríguez asumió con naturalidad un rol que no ha dejado del todo: el de salvar y cuidar vidas.

Con la llegada de una ambulancia, el propio alcalde se encargó de limpiar la herida y realizar una sutura de 14 puntadas, debido a la profundidad del corte. Todo ello, con profesionalismo, calma y humanidad.

Este hecho, aunque fortuito, dejó una imagen poderosa: un presidente municipal arrodillado, concentrado en curar a un ciudadano, más allá del discurso o del protocolo. Un recordatorio de que el servicio público, en su mejor versión, nace del compromiso genuino con el bienestar de las personas.

Tras asegurar que el Sr. Rico estuviera estable y en buenas manos, el evento ambiental continuó su curso, dejando no solo árboles plantados, sino también una anécdota que resonará entre los asistentes. Porque en González, incluso en medio de un acto simbólico como sembrar una raíz, floreció también un acto de vocación auténtica y solidaria.