Al iniciar el segundo año de su gestión, la alcaldesa de El Mante, Patty Chío, ha recibido quizá el más elocuente y significativo de los reconocimientos. No provino de un discurso propio, sino de la voz y las imágenes mostradas por el gobernador Américo Villarreal durante la presentación de sus “Tres años de memorias de una transformación”.
En ese foro de alcance estatal, la presencia de la alcaldesa mantense no fue casual ni protocolaria. Quedó plasmada en dos videos de alto simbolismo. En el primero, agradeciendo el apoyo crucial en materia de seguridad, un tema neurálgico para cualquier comunidad. En el segundo, apareciendo frente al túnel de la supercarretera Mante-Ocampo-Tula, un icono del progreso tangible. Este gesto del mandatario estatal no fue simplemente un agradecimiento; fue la validación pública de una aliada estratégica en su proyecto de “impulsar con humanismo las regiones de Tamaulipas”.
Este respaldo visual encierra un mensaje político de gran calado. Subraya una sintonía y un trabajo coordinado que ya está rindiendo frutos para los ciudadanos. La próxima puesta en servicio de la carretera y el libramiento “Américo Villarreal Guerra” no son solo obras de concreto; son los motores de un progreso largamente esperado que promete consolidar la anhelada transformación de la región.
Esta deferencia del gobierno del Estado hacia el trabajo de la alcaldesa Chío debe interpretarse como un estímulo y un desafío. Es un estímulo para continuar por la ruta marcada, demostrando que la colaboración entre niveles de gobierno produce resultados visibles. Y es un desafío para redoblar los esfuerzos, para honrar esa confianza con más trabajo y más unidad.
La alcaldesa tiene ahora el viento a su favor. La consigna “unidos transformamos” debe pasar de ser un lema a la acción constante que guíe cada día de su administración. El reconocimiento ya está dado. La tarea ahora es consolidarlo con hechos que, en el próximo balance, sigan mereciendo un lugar destacado en el libro de la transformación de Tamaulipas.
