De nuestro baúl de los recuerdos
POR: ANTONIO GONZALEZ ALVARADO (Acíbar y Azúcar)
El cine Morales desde las alturas, era el centro de espectáculos más grande de la ciudad.
Treinta y ocho años atrás, Bimbo era un refresco embotellado en esta ciudad, cuya planta se encontraba instalada en la esquina de las calles Guerrero y Condueños, siendo su gerente general el señor Samuel Morales, miembro de una familia honorable y trabajadora, emprendedora y tenaz en sus acciones, que había conseguido la concesión de Bimbo de Monterrey, N.L., para producir aquí sus exquisitos sabores, titulando el Eslogan publicitario “Bimbo, el refresco de Lunes a Domingo”.
Bimbo, el refresco que patrocinaba el Viernes de Aficionados.
Entre las ideas de don Samuel Morales, tuvo la de crear las funciones de “aficionados” que se llevaban a cabo los días viernes a las ocho de la noche, en el intermedio de las películas en el Cine Morales, que fuera propiedad de su padre don Jesús Morales.
El local del cine se abarrotaba de gente ansiosa por ver a los participantes en dichos concursos de aficionados y hasta los pasillos se llenaban, especialmente de jóvenes que convertían aquel local en un verdadero manicomio, pero todo dentro del orden; los premios a los triunfadores no eran monetarios, sino en especie, como charolas, cuadernos, lápices, cajas de refresco, playeras, etc., pero que eran suficientes para que los aspirantes a artistas del micrófono, sintieran el impulso de subir al foro para mostrar sus aptitudes histriónicas. Fue aquella, el principio de diversos programas nacionales que hoy se trasmiten a través de la televisión como Siempre en Domingo, podemos asegurarlo.
Se iniciaba la función de cine a las cinco de la tarde; al dar las a ocho, las luces del local se encendían todas y subían al foro los integrantes de la orquesta de “Chano” Cárdenas, magníficas orquesta que alcanzara fama estatal y el propio gerente de “Bimbo”, hacia las veces de maestro de ceremonias (hoy conductor del programa) ya con la lista de aficionados inscritos con anterioridad y hacia la presencia de primer concursante y como por arte de magia, la gente callaba para escuchar atentos al aficionado al canto o ver en acción a algún bailarín o bailarina de mambo, guaracha, etc., o algún cómico… La orquesta dejaba escuchar su entrada con la música de la canción; “Buenas Noches mi Amor”.
Segunda parte:
Donde nos quedamos?, ah, ya me acordé… Bueno, esa es la frase clásica de alguien que relata algo y por algún motivo le corta… decíamos que llegaba la orquesta de Chano Cárdenas y comenzaba a tocar la pieza “Buenas noches mi amor” de inmediatamente don Samuel Morales hacía la presentación de la función de aficionados de “su cine Morales y Bimbo, el refresco de lunes a domingo: -“Esta noche, tenemos la presentación de los siguientes artistas: “Cuca” Leal, la voz continental; Anita González, la voz de arrullo; Malaquias Padrón, cantante de ranchero, y el popular “Chato” el doble de “Manolín”, etc., y daba comienzo la función, ante la expectación de los asistentes al gran teatro que era convertido el cine Morales.
Más que nada, recuerdo a la jovencita Ana María González, cuya voz parecida a la de “Chelo” Silva, acariciaba los oídos cuando dejaba escuchar canciones como “Imploración”, “Vete”, “Como un Perro”, “Barajada”, etc.,… Hoy, aquella jovencita, que era toda una mujercita, elegante y bella, es una ama de casa, su esposo es trabajador del Ferrocarril y tienen varias hijas, enorgulleciéndome de seguir siendo amigo de esa familia tan honorable.
Por el escenario del Cine Morales, pasaron grandes cantantes como los ya descritos que si no siguieron esa profesión, fue por falta de estímulos o por pasar desapercibidos ante los buscadores de estrellas.
Mante inició allí, una época brillante del canto y la actuación teatral, cómica o musical, iniciándose también una escuela para dichos aspirantes, en el Instituto Regional de
Bellas Artes, en el que participaron Maestros de la talla de Ramón Cano Manilla y el Profesor Aparicio, patrocinados por la Cooperativa del Ingenio del Mante y que tenían como escenario el Teatro Julián Carrillo, dándole así el impulso a valiosos integrantes como la Profesora Lilia Hernández y su ballet; Héctor Zamora, cantante de Opera; el Trío Los Mensajeros, etc., que habrían de dejar huellas imborrables en el ánimo de los mantenses…
Publicado 15 Diciembre de 1999