La alcaldesa Patty Chío ha tomado una decisión trascendental que demuestra un compromiso real con el bienestar de los habitantes de la ciudad. Lejos de sucumbir a la tentación del aplauso fácil o de buscar el efímero prestigio de obras vistosas, ha optado por destinar recursos a una tarea mucho más urgente y a menudo olvidada: la rehabilitación de la red de alcantarillado. Esta infraestructura, crucial para el correcto funcionamiento de la ciudad, fue postergada durante muchos años por gobiernos municipales insensibles y corruptos.
Para el próximo año, dentro del presupuesto municipal de 392 millones de pesos para 2025, 70 millones serán asignados a obras que no se ven, pero que son esenciales para la calidad de vida de los habitantes: las redes de agua y alcantarillado. Estos sistemas, colapsados por la corrupción y el abandono de administraciones anteriores, han provocado daños tangibles: fugas constantes de agua potable, drenajes desbordados y un constante malestar entre los residentes de diversas zonas de la ciudad. Basta con recorrer el centro o sus alrededores para detectar los signos de un sistema de alcantarillado deteriorado, desde los malos olores hasta la frustración de los ciudadanos que han sido ignorados durante años.
El malestar es evidente, pero más allá de la incomodidad diaria, lo que realmente irrita, es la indiferencia con la que las autoridades han tratado estos problemas, desestimando las quejas y necesidades de quienes sufren las consecuencias. Es por ello que se aplaude la decisión de la alcaldesa de destinar una partida especial del presupuesto a la rehabilitación de estas redes, un acuerdo que se gestó luego de un análisis serio y detallado por parte del tesorero municipal, Rigoberto Rodríguez Rangel, quien tiene experiencia en estos temas y planteó al Cabildo un estudio que sirvió como base para esta inversión.
Este es un paso fundamental para mejorar las condiciones de vida de un amplio sector de la ciudad, especialmente aquellos que han vivido con la angustia de un sistema de alcantarillado colapsado y las consecuencias de la falta de atención a las necesidades básicas.
La administración actual ha demostrado que, aunque las obras visibles y de relumbrón puedan ser atractivas, son las acciones concretas y profundas las que realmente transforman la calidad de vida de la población. En este sentido, el compromiso de la alcaldesa Patty Chío con lo esencial es una muestra de que, a veces, lo que no se ve es lo que más importa.
