Cabeza de Vaca ante la Justicia
Esta semana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió atraer el Amparo en Revisión 54/2024, una decisión que podría ser determinante en el futuro legal y político del exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca. La pregunta que muchos se hacen: ¿finalmente enfrentará la justicia o seguirá el entramado de protección judicial que ha rodeado su figura en los últimos años?
Para quienes creen en la justicia cósmica, el karma ha tocado la puerta. No como castigo, sino como la devolución inevitable de lo que se siembra. Cabeza de Vaca fue, durante su mandato, símbolo de poder, autoritarismo y señalamientos graves: corrupción, desvío de recursos, vínculos con redes de lavado. Pese a todo, logró mantenerse a flote, blindado por fueros, amparos y silencios convenientes.
Ahora, el máximo tribunal del país entra en escena como actor central en un caso que ha dividido opiniones. Para unos, se trata de un perseguido político; para otros, y estos parecen ser mayoría, es un claro ejemplo de impunidad con fecha de caducidad. La SCJN no juzgará culpabilidad o inocencia, pero sí deberá analizar si la orden de aprehensión en su contra fue legítimamente frenada por un juez o si, por el contrario, debe ejecutarse.
Lo que está en juego va más allá del destino de un solo político. Se trata de la credibilidad del sistema judicial, de la verdadera autonomía de los jueces y de la voluntad institucional para combatir la corrupción sin importar filiaciones partidistas.
La historia de Cabeza de Vaca parece haber llegado a su clímax: o retoma su libertad como mártir de la persecución política, o se convierte en el último poderoso en caer por las mismas redes que tejió. La moneda está en el aire, pero el tiempo de los subterfugios legales parece agotarse.
Mientras tanto, la ciudadanía observa. No con morbo, sino con cansancio. Porque cada caso como este pone a prueba la fe en las instituciones y la esperanza en que, tarde o temprano, el poder también rinda cuentas.
Este no es un juicio moral. Es una reflexión sobre cómo la justicia debe ser laica, firme y, sobre todo, imparcial. La Corte tiene la última palabra. La historia… ya juzga.
