A guardar lo desagradable y negativo
El próximo sábado 27 de diciembre, el Baúl de los recuerdos será cerrado con la indicación de abrirse nuevamente en el año 2050. Dentro de él quedarán cartas, fotografías, tarjetas, documentos y periódicos dedicados a los seres queridos: fragmentos de vida que, al resurgir, recordarán lo mejor de nuestra historia. Son memorias agradables, huellas de afecto y esperanza que merecen ser preservadas.
Pero más allá de ese baúl, también tenemos la oportunidad de guardar en un sitio profundo y definitivo aquello que no debe acompañarnos hacia el futuro: la negatividad, el egoísmo, la perversidad y todas esas conductas que han frenado el progreso de nuestra ciudad. El Mante no necesita cargas que lo detengan, sino voluntades que lo impulsen.
La prosperidad depende de lo que la sociedad mantense haga o deje de hacer. Durante años se ha esperado la llegada de alguien con una varita mágica que resuelva los problemas, pero nadie vendrá a hacerlo por nosotros. El destino de nuestra comunidad está en nuestras propias manos.
El nuevo año nos ofrece una oportunidad irrepetible: hacer las cosas de manera distinta, con unidad, con compromiso y con visión de futuro. Que cada acción refleje la diferencia que queremos ver en nuestra ciudad. Que el Baúl de los recuerdos guarde lo mejor de nosotros, y que el presente se convierta en la semilla de un mañana más justo, más próspero y más humano.
