Rosa Elena González
Que muera el supremo gobierno…
Esto ya lo dijimos en otra ocasión, pero vale nuevamente hacer mención porque mañana es 20 de noviembre, y a lo largo y ancho del territorio mexicano celebraremos un aniversario más de Revolución Mexicana.
Mañana todos los mexicanos recordaremos aquel movimiento armado cuando valientes hombres y decididas mujeres tomaron las armas para luchar por un México más igualitario, para heredar a las nuevas generaciones un país libre, soberano y sin embargo tal parece que hoy, 114 años después, la igualdad en esta suave patria sigue siendo asignatura pendiente.
En 1910 valerosos hombres y valientes mujeres cansados que en este glorioso país sólo un pequeño grupo controlara el comercio, la industria, que no se tenían elecciones libres, y el pueblo vivía en la pobreza, sin derecho a participar, fue que se rebelaron al grito de “Viva la Revolución, muera el supremo gobierno”, para irse a la lucha armada.
Lástima de sangre derramada porque hoy las cosas no son tan diferentes, han pasado más de 100 años y este país sigue teniendo muchas similitudes con aquel que se vivía en 1910, parece que muchas cosas continúan igual, un poder y una economía manejada a placer por unos cuantos, con una gran brecha de desigualdad.
La diferencia entre aquellos años y estos es que ahora ya no queremos más violencia, se quiere paz y que las autoridades cumplan su compromiso con el pueblo, que dejen los pleitos políticos y vean por la grandeza de la patria y el bienestar de los que en ella vivimos.
Cierto es que se guardaron las carrilleras y las enaguas junto con los ideales, el legado de los revolucionarios y las Adelitas de 1910 se perdió con el paso del tiempo, hoy sigue derramándose sangre, pero no por defender la patria o el pueblo, ahora es la lucha del poder e intereses económicos y políticos, lo único similar es que los pobres siguen siendo la carne de cañón, los que reciben la peor parte.
Lo peor del caso es que se tiene el derecho de elecciones libres y somos los propios mexicanos quienes nos sujetamos el grillete, como si no se supiera vivir sin el yugo, como si diera miedo pelear por lo que nos pertenece, sólo vamos condenando a las nuevas generaciones a vivir en un país sin libertad y desigual.
¿Acaso esta patria necesita nuevamente un FRANCISCO I. MADERO, un PANCHO VILLA, o un EMILIANO ZAPATA, para motivar al pueblo a salir del letargo, ¿para luchar por el país que merecemos y que le heredaremos a nuestros hijos?, parece que sí, pero la verdad no hay valientes, tampoco hay líderes que encabecen una genuina lucha.
No es que se quiera otra revolución con armas, muertos y sangre, ya de eso se ha tenido bastante en este México lindo y querido, lo que se requiere es una rebelión contra la apatía, el conformismo, lo permisivo, la indiferencia.
Lo malo es que, ante la desgracia, la inconformidad de un pueblo que se siente agredido, en el abandono, que es mancillado, surgen seudocaudillos que incitan a la rebelión sin causa, que el vandalismo empaña la defensa de las causas justas, y eso no es lo que requiere México señores, necesitamos un país estable, fuerte, vigoroso.
Se necesita exigir que las autoridades, que el supremo gobierno de este país brinde las condiciones adecuadas para que los mexicanos vivan bien en su patria, que la justicia se aplique sin distingos, que no se pisotee a los que menos tienen, que, de verdad, no solo en el discurso, se termine la corrupción, la impunidad sin agredir a nuestros hermanos, sin atropellar los derechos de los ciudadanos, al contrario, se tiene que hacer un frente común para bien de todos.
Necesitamos una revolución de ideas, que las únicas armas que se usen sea las del trabajo, la responsabilidad, la razón y la valentía para exigir a nuestros Diputados y Senadores que tengan conciencia, desquiten su sueldo, y velen por el bienestar de los mexicanos, no de sus intereses.
Héroes o mártires no queremos en estos tiempos, necesitamos líderes que sepan guiar a los mexicanos a mejores estadios, que se tenga una patria libre y soberana, con mejores condiciones de vida para todos.
Nuestro México ha tenido muchos malos gobiernos, en realidad no hay uno que se caracterice por ser de excelencia, cambian las ideologías, pero no las prácticas, ya requiere que los políticos de todos los colores se apliquen, que hagan buenos gobiernos, que le den al pueblo mexicano una Nación justa e igualitaria.
También urge que los mexicanos hagamos valer nuestra arma que no es otra cosa que el voto libre, que todos los días salgamos a luchar por un mejor bienestar y podamos heredar el México que las nuevas generaciones demandan y así el día de mañana no tengan que tomar las armas para iniciar una revolución pidiendo que muera el supremo gobierno.