lunes, enero 6, 2025

DE PRIMERA …..LA DAMA DE LA NOTICIA

POR ARABELA GARCIA ….. 

  “Mario López y su ‘Cártel de Constructores’: 330 millones de pesos robados, y sigue impune gracias al fuero”

  “Mientras los políticos saquean a México, el pueblo sigue en la miseria: ¿Hasta cuándo toleraremos a los corruptos con fuero?”

A lo largo de la historia de México, hemos sido testigos de innumerables casos de corrupción que han socavado las bases del desarrollo y progreso del país. Uno de los ejemplos más recientes de esta enfermedad política es el de Mario Alberto López Hernández, ex alcalde de Matamoros, hoy por hoy, se ve envuelto en un escándalo de desvío de recursos por 330 millones de pesos. Este monto, que la Auditoría Superior del Estado (ASE) acaba de destapar, fue supuestamente destinado a obras públicas que nunca se realizaron. En lugar de pavimentación o bacheo, el dinero fue canalizado  quiza a las cuentas de López Hernández y su red de prestanombres, conocidos como su “Cártel de Constructores”, asi lo llamo nuestro compañero  Alejandro Mares en una columna informativa hace unas horas.

Pero este caso no es un hecho aislado. La corrupción es un mal endémico que ha permeado las estructuras políticas de México durante décadas. ¿Cuántos otros ex alcaldes, gobernadores o funcionarios, como López Hernández, hoy se encuentran ocupando escaños en el Congreso, ya sea como diputados o senadores, y gozan de un fuero que los protege de la justicia? La historia parece repetirse, como si un círculo vicioso de impunidad y abuso de poder nunca terminara. Mientras unos roban a manos llenas, amparados en cargos de elección popular, la gran mayoría de la población sigue sumida en la pobreza y el abandono, sin acceso a servicios básicos, sin una infraestructura adecuada y sin las condiciones necesarias para un desarrollo pleno.

La corrupción política: el cáncer que sigue carcomiendo a México

Es impactante pensar en lo que México podría haber sido si, en lugar de estos saqueadores de la nación, tuviéramos una clase política comprometida con el bienestar común y con el desarrollo del país. Si tan solo cada uno de esos 330 millones de pesos robados por López Hernández fuera invertido de manera honesta en infraestructura, en salud, en educación, en seguridad, ¿no estaríamos hoy hablando de un país de primer mundo? Si esos 330 millones fueran solo una gota en el océano de lo que se desvía cada año en México, ¿cuántos personajes de esta calaña habrían contribuido a transformar la nación? ¿Cuántos recursos públicos habrían sido destinados a erradicar la pobreza, mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos y poner a México en la ruta del desarrollo económico y social?

Desafortunadamente, la realidad es que en lugar de invertir en el bienestar colectivo, nuestros recursos se pierden en manos de políticos corruptos que, una vez en el poder, se adueñan del dinero público como si fuera suyo. Mientras tanto, la población sigue luchando por sobrevivir, viendo cómo los avances de la modernidad, la tecnología y la justicia social siguen siendo promesas incumplidas.

Además, la impunidad que confiere el fuero político es otro de los grandes problemas que perpetúa este ciclo. Los personajes como Mario López, que tras haber saqueado las arcas de sus municipios, hoy se encuentran protegidos por el fuero que les otorgan los cargos públicos, siguen impunes, lejos de la justicia y sin rendir cuentas. El fuero no es un escudo para la defensa de derechos, sino un blindaje que permite a los corruptos seguir saqueando al país sin temor a las consecuencias legales.

Por si fuera poco, la corrupción también se extiende a los partidos políticos. En este sentido, la llegada de jóvenes a la política no es necesariamente una solución, sino un riesgo si esos jóvenes caen en las mismas prácticas corruptas que sus antecesores. Recientemente, personajes como Maynez, líder de Movimiento Ciudadano, han cobrado relevancia. El reto es asegurar que los nuevos líderes políticos no se contaminen con el mismo veneno de la corrupción, y que, por el contrario, se conviertan en agentes de cambio que busquen verdaderamente erradicar estos vicios del sistema.

¿Qué nos falta para que México deje de ser el país de los saqueadores y se convierta en un país del primer mundo? Nos falta justicia, nos falta una clase política que rinda cuentas, nos falta erradicar la impunidad y dar paso a un gobierno verdaderamente comprometido con la gente. Mientras los “políticos” sigan robando a manos llenas bajo la excusa de servir al pueblo, México seguirá siendo un país lleno de recursos malgastados y con ciudadanos que luchan por salir adelante sin las condiciones necesarias para hacerlo.

El futuro de México depende de nosotros, de exigir justicia, de votar por políticos comprometidos y, sobre todo, de no permitir que el fuero y la corrupción sigan siendo la norma. Porque si no lo hacemos, nuestros recursos seguirán siendo el botín de unos pocos y la pobreza seguirá marcando la vida de la mayoría.

Sugerencias y comentarios arabelagarcia01@hotmail.com

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