Pepe Izaguirre
¡RECUERDOS DEL LIMON!
(En mi pueblo de eterno verano)
“Con los niños y la experiencia, tu cara se vuelve como una máscara y parece tan natural, que ya ni te extrañas”: CARLOS MONSIVAIS
Conejos, ardillas, gusanos, alacranes, ranas; de todo te encontrabas. Creo que ahora los hay, aunque en menos cantidad. Yo tenía resortera y bicicleta y el tren pasaba, lento y a veces con mucho retraso, pero pasaba. La parada del tren, que no estación, se llenaba de gente. Todos pasábamos por ahí. Una vez, mi esposa me contó como el “monstruo” estuvo a punto de aplastarlos (a ella, Florecita y mi papá, que manejaba un viejo Jeep al cual de cariño le llamábamos “GRAND PRIX”).
En mi pueblo de eterno verano poseía una bici vieja, un carro viejo y un perro corriente. Yo tenía un canal, un río, una carretera y una calle, si, eran mías, sobre todo el canal en donde “desnudos”, los niños éramos los reyes del nado y los clavados.
En mi pueblo de eterno verano tenía muchos escondites. Y aunque no los veo con la frecuencia que yo quisiera, tengo mis amigos, mis hermanos, mis patrones, mis tío y primos que son cantantes y que lo hacen bien.
En sus alrededores (de mi pueblo) hice muchos “toures”; por las cañas, por los cerros, por la sierra, por los cañones en los cuales muchas veces me libré de algunos tontos. En sus canchas deportivas viví algunos muy grandes episodios deportivos.
Todavía no sé cuándo deba arriar banderas, pues sigo viendo pasar muchas mariposas y zancudos, seguro las arriaré cuando valga la pena.
Un abrazo para mis amigos de FACE, ECO Y 12 HORAS
