Desde el Corazón de Papantla y la feria del Tumin
Por Manuel Nuñez
Bien dicen que los viajes ilustran. Basta salir un poco de nuestra ciudad, para ver cosas que nos sorprenden. Siempre está presente el hacer comparaciones con lo que tenemos aquí. Comida, vestido, expresiones artísticas o tradiciones.
Recientemente hicimos un viaje a Veracruz, puerto. De entrada, sorprende la rapidez del viaje en carretera, bueno también el costo de las casetas, algo así como $1,2000.00 de ida y vuelta, entre Tampico y La Antigua, casi frente a Laguna Verde, donde termina el cómodo traslado.
Antes, para ir al puerto Jarocho, era una pesadilla interminable, en las casi 10 horas de camino. La carretera libre, llena de baches, topes y curvas, sigue ahí para los que quieran aventurarse. La autopista, solo le falta un tramo para conectar con el libramiento de Veracruz, cerca del aeropuerto.
De regreso, decidimos salir de la autopista rumbo a Papantla. En 15 minutos, nos abría las puertas esa pintoresca ciudad. Con su imponente catedral que alguna vez hospedó al obispo Genaro Alamilla, obispo emérito de Papantla. A un lado del edificio se levanta el poste donde los voladores realizan su inolvidable vuelo desafiando las alturas.
En la plaza, y aquí es obligada la comparación, los niños disfrutan las aguas danzarinas, iguales a las que tenemos en nuestra ciudad, creadas en tiempos del Dr. Humberto Flores Dewey, pero aquí si funcionan en una danza con arcoíris y todo. Con el calor que hace, se antoja, los chorros de agua que brotan del piso inagotable.
En este lugar, es escenario de la feria del Tumin, que funciona como un billete alternativa de gran aceptación en 21 estados de la República. Cada Tumin equivale a 10 pesos mexicanos y a 10 minutos de trabajo. Si una persona quiere comprar algo y no tiene dinero, puede ofrecer su mano de obra, en esa proporción.
El Tumin, está vigente en muchas regiones de pueblos originarios del país, que como aquí, se reúnen para ofertar sus productos, que van desde artesanías, prendas de vestir, frutas y demás productos elaborados que se adquieren por trueque con esa moneda, pero también hay hoteles y restaurantes locales que aceptan ese billete. Vienen de Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Guerrero y Veracruz.
Dejamos Papantla, no sin antes de ver el espectáculo de sus voladores, disfrutar su gastronomía y sus sabores. Y reanudamos el viaje.
