29.1 C
Ciudad Mante
sábado, septiembre 7, 2024

Mis Comentarios

- Advertisement -spot_img

Debes leer esto

- Advertisement -spot_img

Por: Pepe Izaguirre

¡¡4 DE JULIO¡¡

(Día trágico en la Isla del Padre)

Hace unos 10 años, Lupita, Flor, Manolo y yo nos fuimos de vacaciones a Brownsville y de ahí a la Isla del Padre.

Desafortunadamente yo andaba en la edad en que todo empieza a mal funcionar y no creo que haya varón en el mundo que escape de la traicionera inflamación de la próstata, ustedes saben a lo que me refiero. Les cuento, sucede que empiezas a orinar con inusitada frecuencia, apenas acabas de vaciar la vejiga y a los pocos minutos ya tienes ganas otra vez. Bueno, pues yo andaba en esas. Para colmo en el mendigo Burger King el baño estaba clausurado y no pude usarlo. Saliendo de allí ya no aguantaba y bauticé un jardín que estaba al lado del restaurante. Decidimos entonces regresar al hotel en Brownsville y abordamos el carro.

Nunca imaginamos la cantidad de gente y vehículos que intentaba regresar al mismo tiempo, eran tantos, que prácticamente el tráfico quedó sin avanzar. Íbamos a vuelta de rueda. Adivinaron, la próstata empezó a castigarme. Los autos casi no se movían, el tiempo pasaba y las ganas de hacer “pi pi” aumentaban. Más y más y más ganas de hacer pi pi. No aguanté más y grité ¡¡alguien trae una bolsa en sus pertenencias!! Tal era la desesperación que mi hija Flor dijo; yo solo traigo una de Sabritas. Échala rápido grité. Me pasaron la bolsa, la tomé, le dije a mi esposa que tomara el volante y así lo hizo, me bajé el zíper y vacié el contenido en la mentada bolsa, no sin antes darle una bañada al asiento. Por supuesto, mi esposa, mi hija y mi nieto no paraban de reír contemplando el espectáculo.

En una mano la bolsa y en la otra el volante cruzamos el puente. Salimos e inmediatamente hice alto para tirar la susodicha bolsa y aproveché para desalojar los residuos que aún conservaba en mi organismo, por supuesto, en otro jardín. Debe haber dado flores como nunca.

Camino a Brownsville pasamos por una tienda de conveniencia y mi esposa sentenció; tú no te bajas del carro, “andas bien miado”. Y qué, al cabo no es pecado contesté. Pensarán que andaba en la playa y me metí al mar con todo y ropa. Entre.

Compramos y nos fuimos para el hotel.

Pongan cuidado mis amigos contemporáneos, no les pase lo mismo que a mí.

Un abrazo para mis amigos en FACE, ECO Y 12 HORAS

 

Artículo anterior
Artículo siguiente

More articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Las ultimas

- Advertisement -spot_img