Por Miguel Padrón Solis
Aquí con el ex-gobernador Américo Villarreal Guerra, quién gobernó Tamaulipas desde 1987 hasta 1993. En la foto aparece con los delegados de la Canacintra del Estado en la confirmación de la asociación civil «Asesoría dinámica a microempresas» A. C. ADMIC,
Podríamos decir que en términos generales fue un buen gobernante por lo menos si mejor que su antecesor y el resto de los que lo han sucedido hasta hoy, con la salvedad de aquel agravio causado a la familia cooperativista del Mante por parte del Estado Mexicano y avalado por el Gobierno del estado el 2 de julio de 1991.
Cuando se declara una quiebra inexistente argumentando la insolvencia de pago de un crédito a la federación y otro crédito al Gobierno del estado. Ambos como uno solo despojaron a los cooperativistas de la fábrica de azúcar y todos sus activos. En ese reparto el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, le vende la fábrica al grupo Sáenz y el Gobierno del estado se queda con el edificio social Lázaro Cárdenas, ahora casa de cultura, la alameda y los terrenos que ahora usufructo la Universidad UAT, el vivero municipal y la añeja sección de consumo. Así es el recuerdo de la familia cooperativista que tiene del Ingeniero que solapo una injusticia que aún está latente.
Ahora su vástago aspira al mismo cargo.
Podrá mejorar la gestión de su padre?
Podrá resarcir los agravios que su padre dejó?
Porque vino y dijo que su padre hizo mucho por los cañeros?
