Por Loyda Fernández
Este fin de semana largo fue dedicado por los tamaulipecos para rendir homenaje a sus familiares y seres queridos difuntos, acontecimiento que revivió lo mejor de las tradiciones populares en un marco de convivencia familiar, pacífica y de “buena vibra”.
Las celebraciones fueron alentadas en buena medida por el gobierno del Estado, con el doctor Américo Villarreal al frente, apoyado en todo momento por su esposa, María Santiago de Villarreal, en la organización de los eventos con motivo del Día de Muertos.
Momento estelar de la fiesta fue la visita de Américo y su esposa al monumental altar de muertos, instalado en la entrada principal del Palacio de Gobierno, donde convivieron con la gente que se congregó en el lugar para disfrutar de la centenaria tradición, basada en el amor a los seres queridos que viven en el recuerdo y en la sana convivencia entre quienes integran el núcleo familiar.
La armoniosa festividad fue generaliza en los 43 municipios y continuó el fin de semana, con algunas “manchitas” en el arroz registradas en el municipio de Reynosa, donde las autoridades de Seguridad Pública reportaron incidentes violentos a cargo de grupos delincuenciales que agredieron a elementos de la Guardia Estatal, quienes se vieron obligados a repeler los ataques, dando como resultado que, entre jueves y viernes, cinco civiles armados fueron abatidos durante los enfrentamientos.
Toca la coincidencia que los sucesos de violencia han sido ubicados en Reynosa y zonas aledañas, en donde tiene su centro de operaciones el grupo de poder que durante el pasado sexenio desgobernó la entidad, causando un daño patrimonial, físico y moral sin precedentes en Tamaulipas.
Existe la percepción que ese grupo está obstinado en mantener su activismo político y delincuencial a cualquier precio, lo cual explica su constante presencia en medios de comunicación y redes sociales desde donde continúan con su apología de la violencia y su discurso corruptor carente de escrúpulos.
Afortunadamente para los buenos ciudadanos, las malas costumbres del panismo-cabecismo sólo tienen eco entre quienes fueron sus principales beneficiarios, porque fuera de ese círculo los tamaulipecos quieren rehacer su vida con base en el trabajo y arrojar al basurero de la historia esa pesadilla que en mala hora vivieron por culpa del PAN.
