¿Quién ganará la guerra?
Quien gane el discurso mediático, tiene ganado la mitad del conflicto.
Aplica a nivel mundial y a nivel nacional.
En esta época de internet, redes sociales e hiperconectividad entre personas, el debate mediático cobra más relevancia que nunca antes.
Para bien y para mal, es irrelevante si las acciones de Putin o la OTAN se encuentran justificadas o no, lo importante es la narrativa, ser «el bueno de la historia».
De igual forma, en México hemos aprendido los últimos años – desde incluso el sexenio de Peña – que es irrelevante en los medios el analizar si una política pública fue positiva o no, si dio resultados o no, lo más importante es la narrativa: ser en el imaginario colectivo «el bueno»; «el paladín del pueblo».
Si se gana la batalla narrativa, se gana el apoyo y los votos, si se cuentan con los votos se tiene el Congreso y el poder Ejecutivo, y con ello el poder político.
No sabemos aún cómo acabará el conflicto internacional entre Rusia y Ucrania, pero narrativamente parece que la balanza se inclina hacia un lado.
Hoy, en las principales ciudades europeas (incluida Moscú) se llevan a cabo multitudinarias protestas contra la invasión rusa, lo que obliga a los gobiernos a tomar medidas más severas contra Rusia.
Si Maquiavelo escribiera su magna obra hoy en día, probablemente empezaría por explicar la importancia de controlar la narrativa pública en la política.