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viernes, julio 26, 2024

ADORABLE MUJER DE OCHENTA Y SIETE  

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Por: María Consuelo González del Castillo     

Margarita está linda la mar,y el viento                                                                               lleva esencia sutil de azahar;

yo siento  en el alma una alondra cantar;                                                                         tu acento.Margarita, te voy a contar un cuento:                                                

Este era un rey que tenía un palacio de diamantes,una tienda hecha de día y un rebaño de elefantes…

Entrañable cuento en poesía que Rubén Darío le escribió a la hija de unos amigos suyos,  se vuelve espléndido cuando lo escuchas en la voz de una adorable mujer de ochenta y siete años y se estremece el alma prestando oídos a sus palabras entrecortadas al dedicárselo a Sabina, su bisnieta.

De apariencia frágil, pero de corazón valiente, Fortunata del Castillo no deja de sorprendernos dando ejemplo de amor a la vida. No sólo recita poemas, sino también es capaz de cantar con perfecta entonación y hacer cualquier actividad que las mujeres tradicionales, como ella, acostumbran llevar a cabo, pero lo más asombroso, es verla con su teléfono en la mano desafiando la modernidad: emplea el WhatsApp para chatear  y convocar todos los días a rezar el rosario por llamada grupal.  Además, utiliza el Facebook sin problema alguno.

Este fin de semana, sin proponérselo, se convirtió en la reina de la del Castillada, nuestra reunión familiar. “Eres la más hermosa de la fiesta” le repetíamos al saludarla.

Mujer del siglo pasado que continúa trabajando en el día a día para seguir haciendo de su familia un grupo solidario y amoroso.

Hoy hacen mucha falta mujeres como Natita, así le decimos con cariño. Ejemplo vivo de amor a los demás, tenacidad, nobleza, entrega, trabajo, resiliencia, empatía y, sobre todo, de discernimiento ante los acontecimientos no sólo propios o familiares, sino también sociales y del mundo. 

Ayer, hoy y siempre, será fundamental cuidar a la familia, ofreciendo nuestro hogar como un centro de intimidad y apertura, perpetuando los valores universales, esforzándonos juntos para vivirlos con honestidad. Habrá ocasiones que se pierda el sendero, pero lo importante será recuperar el camino y seguir adelante con pasos firmes para que nos convirtamos en “Fortunatas”  siendo las reinas de las fiestas y ejemplo de vida para las generaciones venideras. 

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